Somos personitas que disfrutamos y sentimos la Danza Oriental desde un punto de vista humanista.
Sentimos nuestro cuerpo, nuestros músculos y nuestro órganos y bailamos de forma espontánea, porque nos divierte y nos hace sentir bien. Es saludable y descubrimos unos maravillosos beneficios terapéuticos.
Danzamos para compartir, no para competir.
¿Carne de cabaret? Naaaaaa... carne en salsa!!!
En resumen, la danza como enriquecimiento personal.
Sentimos nuestro cuerpo, nuestros músculos y nuestro órganos y bailamos de forma espontánea, porque nos divierte y nos hace sentir bien. Es saludable y descubrimos unos maravillosos beneficios terapéuticos.
Danzamos para compartir, no para competir.
¿Carne de cabaret? Naaaaaa... carne en salsa!!!
En resumen, la danza como enriquecimiento personal.
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