Danza del vientre. Sombras del Desierto.

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29/6/09

Danza del Vientre para perder el norte


Una casa. Una cocina. Una familia marroquí. Un vecino, o amigo, o pariente entra hablando fuerte y saludando con efusivo cariño a todo el mundo. Se habla de cosas aparentemente sin importancia mientras descubre la darbuca del rincón. La coge. La mira. La toca.
La madre, con su túnica y sus zapatillas de andar por casa y su tono siempre desenfadado comienza a bailar sin dejar de hacer lo que tenía entre manos: un buen té.
Se canta, se ríe, se baila. En definitiva: se comparte.

Un escenario de una sala de fiestas. Una bailarina española, una argentina y una rusa... igual que en los chistes. Música en lata, cámaras de vídeo y algo de alcohol. Trajes caros y mucho glamour. No se canta, no se ríe, no se baila. En definitiva: se compite.

Porque sí, porque en Occidente se compite. Tenemos la necesidad de exhibirnos para sentirnos "alguien", o quizás para sentirnos "más que el otro".   Y es que estamos alienados por los medios, que constantemente nos empujan a tener más que el vecino para sentirnos mejor. Es por eso que nuestra sociedad tiene una gran falta de autoestima, porque el estilo de vida que los medios nos invitan a comprar es inalcanzable. Y lo que alcanzas lo consigues comprándolo con dinero, no con tu esfuerzo y superación, lo que alimenta la sensación de ser un poco inútil.

La mujer se lleva la peor parte. Se crea un ideal de belleza femenino que, además de antinatural e insano, en la mayoría de los casos también es inalcanzable. Pero creemos que con ese cuerpo diez nos sentiremos más valoradas, más respetadas y estaremos por encima de las demás. Alguien hace negocio con nosotros arrebatándonos la autoestima y queriéndola vender después.

Si no somos críticos con los medios, fácilmente perdemos el norte, y la danza del vientre es un instrumento ideal para dejar en evidencia esa falta de rumbo. Tener el traje más caro, la música más espectacular y la coreografía técnicamente más perfecta es maravilloso, pero no nos hace ser más ni mejor persona si perdemos la esencia del ser humano: la tribu, el compartir, el bailar para disfrutar, para estar saludable, para relajar y estar feliz. 

Es como la cáscara brillante de un fruto que está vacío. Y lo que realmente alimenta es lo de dentro. 

Una mirada, un gesto coqueto, un toque de complicidad, una sonrisa, un derroche de sentidos... todo eso, con buena música y unos cuantos meneos es como descorchar una botella de champagne que explota de felicidad. No habría mejor cosa en esta sociedad en crisis (de valores) que recuperar la condición de humano... para sentirse divino.

Zuel.

7 comentarios:

  1. Bailar descalzos en la playa, con el sonido de una darbukka, la luz de la luna, y compartir con un montón de gente esos bailes improvisados tan divertidos que inspiran tan bello lugar. Eso, no tiene precio. Tenemos la suerte que Aida siempre organiza en los finales de curso una cenita en la playa, cada uno aporta lo que le apetece, y es un momento genial, ni luces, ni escenario, ni trajes...la playa, tu gente , la música y tu misma.....

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  2. Me ha encantado tu reflexión...sí chaval,sí..., ójala un día de estos seamos capaces de dejarnos de tantas jilipolleces y podamos llamar "al pan, pan, y al culo, culo", y podamos entonces reir, bailar, llorar, cantar,...lo que sea juntas y juntos sin tener que estar pendientes del precio de los zapatos que lleva el otro...

    vamos a decirlo a gritos!! a ver si se entera alguien!!! "que somos hermosos tal y como somos!!!! joder!!!!
    he dicho...

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  3. Menos mal que todavía encontramos personas que valoran otras cosas y creo que son muchas.De todas formas habrá quien sólo mire vestidos y zapatos ,pero gente "pobre" siempre hubo.
    Desde el primer momento que la danza se transforma en negocio se da pie a todo esto.

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  4. Espero que esto de qué pensar a mucha gente.

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  5. Me gusta,te linko.

    Lo peor de todo esto, que es la pura realidad, es que además sumamos la hipocresía, digna también de esta sUciedad en la que vivimos, que da lugar a individuos/as que comercian con esa naturalidad, ese compartir y esa humanidad....que también los hay.Los/as del "Paz y amor.....y el plus p´al salón", de todo hay ya en esta viña del señor.

    Vaya plan.

    Muy buena reflexión, un besazo!!

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  6. Estoy de acuedo contigo Lili, es la purita realidad, por suerte aun existen personas como Zuel que nos hace ver lo importante que es disfri¡utar del baile sin combertirlo en una batalla campal o en un negocio sacamantecas(que de esos casos ya he tenido alguna experiencia,jejeje).
    Gracias Zuel por tan bonito y emotivo mensaje.

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  7. Cuánta razón tienes!! como espectadora, disfruto mucho más cuando la bailarina expresa con todo su cuerpo lo que siente al bailar y la ves disfrutar, sonreir, sudar, despeinarse y seguir siendo bella, eso es arte y no tiene precio!! Lo demás... ya lo has dicho todo tú, sobran las palabras!!

    Un beso desde Barcelona!!

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