Danza del vientre. Sombras del Desierto.

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22/11/07

LA DANZA DEL VIENTRE ES COSA DE HOMBRES.

LA DANZA DEL VIENTRE ES COSA DE HOMBRES.
El mundo. 19/08/2007
Ildefonso González. Estambul.

Escenario del club Fox, Estambul (Turquía). Un vientre se retuerce al ritmo de la música ante un público embelesado con el tintineo de las caderas. Viste pantalones negros holgados, tocado con cadenas, cinturón ricamente decorado y una capa que le confiere un aire de pavo real cuando extiende los brazos. Nada inusual de no ser porque quien esta noche interpreta la danza del vientre no es una exótica bailarina. Es un hombre.
Se llama Ercan Sahin –rebautizado artísticamente como Zenne Álex, o Álex, a secas-, es un turco, tiene 31 años, y se ha convertido en un rara avis: uno de los pocos hombres en el mundo que bailan la danza del vientre. “El baile no tiene sexo. No puedes decir que este u otro baile es de chico o de chica”, dice él.

El caso es que las habilidades de Álex lo han catapultado a la fama y los vídeos con sus actuaciones trascienden ya, a través de la ventana de youtube, las fronteras de Turquía. En su país es un ídolo. Por 15 minutos de baile cobra unos 1500 euros y tiene la agenda siempre llena de bolos en discotecas, hoteles de lujo, fiestas particulares y hasta conciertos de rock. “En mi trabajo ser discreto es lo más importante. No te voy a dar nombres pero sí te puedo decir que he bailado ante políticos y empresarios muy conservadores, nacionalistas o islamistas”, confiesa a Crónica.

En Turquía, Álex cuenta con una legión de seguidores entre los que figura su propia madre y es invitado con frecuencia a participar en programas de televisión, donde incluso lo parodian. “Para que uno sea una estrella lo tienen que imitar”, dice orgulloso.

AUTODIDACTA. Dueño de una clínica de depilación por láser de día, danzarín del vientre de noche, Zenne Álex lleva bailando desde los 16 años cuando comenzó a trabajar como animador en hoteles de Bodrum, un conocido centro turístico en el Mar Egeo. Nunca ha pisado una escuela de danza y se declara autodidacta. “Lo mío es talento”, presume.

Es consciente de que no todo el mundo encaja bien que un hombre practique la danza del vientre. “Es probable que a los machitos españoles no les atraiga”, dice, “pero eso sucede en todos sitios. En Turquía hay gente a la que le gusta y gente a la que no. Eso se llama democracia”.

A lo largo de la entrevista, insiste en subrayar que su arte no le ha causado problema alguno pese a practicarlo en Turquía. Le desagrada el cartel de fundamentalista que Occidente, dice, suele colgarle a su país. “En Turquía hay islamistas, hay ateos, hay mujeres que hacen top less y hay Álex. Somos el único país musulmán del mundo que acepta estas cosas a la vez”, sentencia.

A la danza del vientre la califica de ejercicio saludable, especialmente recomendable, asegura, para los políticos. “¿Cómo se llama el presidente español? Zapatero, ¿no?” pregunta dando muestra de su conocimiento de España. “Me encantaría bailar con Joaquín Cortés, pero no con Shakira, porque lo que ella hace no es oriental. Se parece más a un striptease”, critica.

Aunque el más popular, Álex no es el único bailarín que actúa en Turquía, donde los hombres han recuperado una tradición que se remonta a tiempos otomanos, cuando jóvenes varones amenizaban con sus danzas los palacios del sultán ante la ausencia de mujeres que vivían apartadas en el harem. “Ahora, debido a la fiebre por lo oriental en todo el mundo” explica Álex “cada vez hay más hombres que quieren mover las caderas”. Sobre todo, en Reino Unido, pero también en Rusia, China y Corea del Sur.

ESPAÑA. A España, la fiebre del belly dance, como también se conoce a la danza del vientre, ha llegado este verano de la mano del grupo Banghra. Compuesto por tres veinteañeros, está arrasando en las listas de ventas de nuestro país con My on way, su primer sencillo. Javi, Victoria, y Lidia combinan el pop y la danza del vientre con una estética muy similar a la de las películas de la factoría Bollywood.

Otra muestra de la creciente afición por este baile casi contorsionista la encontramos en la academia informal que ha montado la joven madrileña Patricia García en Estambul. Patricia imparte clases de danza del vientre a un grupo de diez españoles que viven en esta megápolis por motivos de trabajo. Aunque de momento solo asisten chicas, la española sostiene que cualquiera es un belly dancer en potencia. “Todo el mundo puede, pero en el caso de los hombres pasa un poco como en el ballet. Por vergüenza o por considerarlo un baile de mujeres no hay muchos hombres que lo practiquen, pero hay quien lo hace tan bien o mejor que muchas mujeres”.

2 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo en que la danza no tiene sexo. Qué manía tenemos en nuestra sociedad de etiquetarlo todo!! Pon un vídeo de él, Zu! He buscado en youtube y he encontrado un vídeo, pero no estoy segura de que sea él, yo pongo el enlace por si acaso :D (si es él, por dios que alguien le diga que meta el culete pa dentrooooo que me duele ná má de verlooooo) http://youtube.com/watch?v=E8iTE8yIZPU

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  2. También estoy de acuerdo, vivimos en una sociedad donde el hombre tiene constantemente miedo de mostrar su lado más sensible, por si pudiera que dar en duda su hombria, siendo absurdo ya que ese lado es el que muchas veces nos seduce de los hombres, por otra parte artisticamente es un disfrute ver a un buen bailarin. Yo también buscando en el youtube di con ese video que segun las referencia podria ser el bailarin del que se habla en la entrevista y que no es de mi agrado, la mayoria de los pocos bailarines de danza oriental que he podido ver me parecen que imitan a una mujer, son pocos aquellos que en sus gestos más graciosos o más sensuales siguen siendo muy varoniles, yo creo. En esta busqueda he dado con este otro video que me parece muy interesante. Un saludo http://www.youtube.com/watch?v=J1ihZ5Cv7cU

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